Biciciclismo -De sus ocho temporadas hasta 2012, siete estuvo al lado y de guardaespaldas de Alberto Contador en la montaña, hasta que Cofidis apostó por él y Dani Navarro decidió dar un paso “arriesgado” y pasar de gregario a líder en el conjunto francés. Su balance no puede ser sino muy bueno, noveno en el Tour de Francia y quinto en el Critérium Dauphiné, en una temporada que ha significado un cambio para el asturiano a casi todos los niveles. Por ello y con esa experiencia bajo el brazo, confía en volver a estar a la altura o incluso mejorar el próximo año.
Navarro terminó la temporada precipitadamente, el 7 de agosto, por una aparatosa caída en la Vuelta a Burgos en la que se dañó una zona tan sensible como la boca. De hecho, estuvo casi dos meses sin poder entrenar. “La verdad es que tuve mala suerte por la caída en Burgos aunque al menos fue al final de la temporada y tampoco tenía pensado disputar la Vuelta porque el Tour fue muy duro. He estado fastidiado porque tenía mucho dolor en la boca, por los puntos, y me han tenido que implantar algún diente. Tuve dos intervenciones y por eso tuve que dejar de entrenar antes de tiempo; quería seguir hasta mediados de septiembre, pero lo tuve que dejar casi un mes antes”, apunta a BiciCiclismo.
Terminar tan pronto, y con solo 57 días de competición, le ha obligado a retomar la preparación hace unas semanas. “He tenido que empezar a entrenar antes que nunca, a mediados de octubre, porque he pedido mucho tiempo. Al final he estado casi dos meses parado, sin tocar la bici, y tenía muchas ganas de empezar. Tengo mucha suerte de que no soy de coger peso, ahora mismo estoy dos o tres kilos por encima pero no me preocupa en noviembre. Estoy entrenando tres horas, tres horas y media, sin mucha calidad, y apretaré antes de la concentración del equipo en diciembre, el día 11 en Catalunya. Antes, la semana que viene, nos reuniremos cuatro días en Lyon para pasar los exámenes médicos y las pruebas de esfuerzo”, resume.
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