Las caídas en las carreras de la primera parte de la temporada, con fracturas de costillas en una ocasión y rotura de escápula en otra, han marcado la preparación de Dani Navarro para este año. Pero el asturiano, lejos de amedrentarse, trabajó duro para recuperarse y llegar en la mejor forma posible a la salida del Tour, que, desde las primeras jornadas, ya presagiaba que no iba a ser fácil ni para él ni para su equipo. En la quinta etapa, una caída de varios corredores del Cofidis, provocó el abandono de Nacer Bouhanni, líder del equipo y la gran esperanza francesa para los sprints. Por suerte, Navarro pudo volver a montar en la bici, pero llegó a la meta con la cadera izquierda en carne viva y con dolores por todo el cuerpo, lo que mermó mucho sus fuerzas e hizo que en las jornadas posteriores no rindiera al nivel esperado.
“El objetivo del Tour era una victoria de etapa, pero me caí en la quinta etapa y me golpeé la rodilla que me había roto en la Volta a Cataluña. Desde aquel día no me encontré bien y la verdad es que pasé un Tour bastante malo. En el ciclismo hay veces que te marcas unos objetivos y salen y otras que no, pero hay que seguir luchando. El año pasado me pasó algo parecido, me fui para casa en el Tour por enfermedad y luego la Vuelta salió muy bien”, comenta el asturiano.
La victoria en la decimotercera etapa, que finalizó en el parque de Cabárceno, y el décimo puesto en la general fueron un gran botín para el de Cofidis en la Vuelta de 2014. ”Si pudiera, firmaba lo del año pasado, pero esta temporada, hasta ahora, no me he encontrado bien. Yo creo que las dos caídas de principios de año me han repercutido bastante. Lo que juega a mi favor es que llevo pocos días de competición y he entrenado bien. Eso sí, aunque las sensaciones son buenas no son como el año pasado. Está claro que, si pudiera llevarme una etapa, sería estupendo, pero con el plantel de corredores que tenemos en la Vuelta va a ser difícil. Por supuesto, trabajamos para ello y de cabeza estoy más animado que en el Tour. Veremos lo que sucede”, confiesa Navarro.
Para un escalador, las etapas de Asturias adquieren un papel importantísimo; “No he marcado ninguna etapa. Cuando gané en Cabárceno, no lo esperaba, tenía otras etapas en mente y gané allí. Este año tenemos nueve finales en alto y, por supuesto, me gustaría ganar en Asturias por estar en casa y porque va a haber muchos seguidores que me van a estar apoyando. Me gustaría hacerlo bien aquí, pero hay muchos finales explosivos, tipo Cabárceno, que me pueden venir bien y no dejaré de intentarlo”.
Navarro piensa que la clasificación general de la Vuelta quedará decidida de Asturias. “Como en los últimos años, las etapas de Asturias van a ser decisivas, sobre todo porque son hacia el final de la Vuelta y vienen precedidas de otra etapa de montaña, la de Fuente del Chivo en Alto Campoo, con lo que tenemos tres días seguidos de alta montaña. El final de Sotres me gusta mucho, esta etapa tiene tres puertos que no son duros y el último es un puerto largo, con dureza al final, y por eso me gusta más que la de Alba”, afirma el gijonés tras reconocer el recorrido.
De la última etapa que se correrá en Asturias, el 7 de septiembre, dice: “La Cobertoria la conozco de sobra porque entreno bastante por ahí y la subida a Alba la subí a finales del año pasado y es muy dura. No es muy larga, pero tiene rampas durísimas”, concluye el corredor de Cofidis, que confiesa su intención de continuar en la escuadra francesa, donde dice encontrarse muy a gusto.
Ir a descargar